jueves, 17 de mayo de 2007

LOS MILAGROS QUE NO SUCEDERÁN | Harold Segura

Aparecida, 17 de mayo de 2007


No estoy seguro de cuáles serán los temas de la agenda final de trabajo de las Comisiones y subcomisiones. Ayer presumí de profeta al mencionar algunos asuntos; pero habrá que esperar las decisiones de la Asamblea. Lo que sí se decidió es que habrá un Documento final y desde ya se nombró la Comisión de Redacción presidida por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires. Los demás integrantes de esta Comisión son el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa; Mons. Carlos Aguiar Retes, Presidente del Episcopado mexicano; el Cardenal Claudio Hummes, Prefecto de la Congregación del Clero; Mons. Ricardo Ezzati, Arzobispo de Concepción (Chile); Mons. Julio Edgar Cabrera, Obispo de Jalapa (Guatemala); Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal (Venezuela); y Mons. Ricardo Tobón, Obispo de Sonsón-Río Negro (Colombia).
Un teólogo católico —del ala progresista— con los que conversé fuera del recinto de la Conferencia dice que estarían satisfecho si en el Documento final se mantiene, primero "la opción preferencial por los pobres" y, segundo, el señalamiento de que la pobreza tiene "causas estructurales". Hay otros sectores como las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes y los protestantes, entre otros, que sin tener grandes expectativas sí tienen pequeñas aspiraciones que de cumplirse no serían más que “triunfos gramaticales”. Por ejemplo, si al protestantismo evangélico se le dejara de llamar “sectas fundamentalistas” y a su labor se le dejara de calificar como “invasión proselitista”, nos daríamos por bien servidos. En este caso las aspiraciones no son tan ambiciosas porque de antemano se conocen las prioridades del oficialismo católico.
A esta altura inicial de la Conferencia, y aunque no se saben cuáles serán los temas que se van a considerar, lo cierto es que si se intuye cuáles temas NO se tratarán con su debida profundidad. No se esperan milagros en el tratamiento desigual a las mujeres, por ejemplo. Carmiña Navia, religiosa javeriana y profesora de la Universidad del Valle (Cali, Colombia), ha dicho que desde su punto de vista y desde su sensibilidad de mujer “no se avizoran cambios significativos en este sentido en el panorama eclesial”. Carmiña cree que “en los sectores institucionalizados y mayoritarios, la perspectiva de género y la aceptación de las mujeres en su plena subjetividad no es algo que pueda pensarse que va a llegar en los próximos años” (Carmiña Navia, La mujer y la Conferencia Episcopal. Reflexiones y propuestas. Revista Lascasiana, # 32, 2006).
Tampoco habrá grandes cambios en otros temas sensibles para los cuales habrá que esperan un poco más. Ni el diaconado para las mujeres, ni el matrimonio para los sacerdotes, ni una actitud más compasiva con las llamadas minorías sexuales, serán resueltos por ahora.
Para conocer el temario de trabajo habrá que esperar algunos días (no muchos), pero para ver los grandes cambios que han venido soñando muchos católicos y católicas, tendremos que esperar mucho más. Por ahora esos milagros no sucederán.
Harold

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno. centeno