sábado, 26 de mayo de 2007

MONSEÑOR ROMERO PASÓ POR AQUÍ | Harold Segura

Aparecida, 26 de mayo de 2007
La celebración eucarística de ayer viernes le correspondía a Monseñor Álvaro Leonel Ramazzini, Obispo de San Marcos, Guatemala, quien por razones de enfermedad la encargó a su coterráneo, el Obispo Julio Cabrera, de Jalapa. Con Ramazzini ya son varios los participantes que no han podido salir del hotel debido a lo que ahora llaman "el virus de la quinta", haciendo referencia a la Quinta Conferencia. En cama permanece también desde hace dos días el Cardenal Alfonso López Trujillo (Colombia), delegado del Papa, y Monseñor Plácido Rodríguez, Obispo de las Cruces (Estados Unidos). Otros enfermos están en la Asamblea propagando su virus con involuntario proselitismo (para usar el lenguaje eclesial).


A Ramazzini tuve el honor de conocerlo el año pasado cuando de manera muy amable aceptó una invitación que le hicimos de parte de Visión Mundial para acompañarnos en un encuentro internacional. Se desplazó desde San Marcos hasta La Antigua Guatemala, para hablarnos acerca de justicia social, pero no en su teoría, sino en su práctica pastoral que ha sido tan amplia y valiente. En repetidas ocasiones ha sido amenazado por su compromiso con los campesinos de su Diócesis. Organizó una Pastoral sobre la Tierra para brindar asesoría a los pequeños productores a quienes les pide que dialoguen con la Cámara del Agro para que lleguen a acuerdos equitativos en los problemas del melón, el cardamomo y otros productos cuya comercialización ha ocasionado serios conflictos. También ha levantado la voz a favor de su pueblo cuando los Estados Unidos presionan para que se destruyan los cultivos de amapola, fuente de trabajo para los más pobres. Es uno Obispo amenazado y su gente sabe por qué.


Manfred Grellert (Ex-Vicepresidente de Visión Mundial) quien estaba en Antigua cuando Ramazzini nos visitó, me dijo: "Este tipo me gustó. Habla con la fuerza de esos Obispos que yo pensé que ya se habían acabado". Manfred se refería a la generación de Leonidas Proaño en Ecuador; Samuel Ruiz, en México; Helder Cámara y Pedro Casaldáliga, en Brasil; Gerardo Valencia Cano, en Colombia; y, como no, Óscar Arnulfo Romero, en El Salvador.


De modo que cuando supe que Ramazzini tendría a su cargo la celebración me preparé para la homilía. Aunque no estuvo presente ---fue una lástima--- envió la homilía, la que leyó Monseñor Cabrera. El texto bíblico era Juan 21:15-19 donde Jesús le pregunta tres veces a Pedro si lo ama. No usó el texto para hablar de la autoridad petrina; predicó acerca del amor que Jesús le pide a sus pastores. Amor a Dios y amor al prójimo. Y éste último expresado en humildad, servicio y lucha contra la injusticia y la pobreza. Hablo del seguimiento radical de Jesús y terminó dando dos ejemplos de radicalidad: Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Monseñor Juan Gerardi Conedera, para quienes "su vida fue Cristo, y por Él dieron su vida". Yo quería aplaudir. (Para leer el texto completo de la homilía, ir a: http://www.celam.info/content/view/399/344/ )


Monseñor Romero pasó por aquí, de la mano de Gerardi, pero sin la complacencia de todos los presentes. A propósito, ¿cuan grande es la influencia de esa generación de profetas en esta Conferencia? ¿Qué queda de la "opción preferencial por los pobres" en Aparecida? No estoy en capacidad de calcular esa presencia. Sólo percibo que está más de lo quieren los conservadores, pero no tanto como lo necesita el Continente. Hay polarizaciones evidentes. Por ejemplo, a mi lado derecho se sienta un Obispo alemán que se emociona cada vez que alguien dice "Comunidades Eclesiales de Base" (las conoció en su paso por Perú cuando sirvió como Obispo); mientras a mi lado izquierdo está el Rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, de Roma, un sacerdote argentino que el primer día se presentó a uno de nosotros como miembro del Opus Dei. Hay diferencias marcadas no sólo en lo político, sino también en los planteamientos éticos, en las líneas de acción pastoral y en las formas de reconocer el nuevo lugar de la Iglesia Católica en el Continente.


De Romero y su generación queda lo suficiente para la añoranza y la esperanza. Hay quiénes están atentos a que no vayan a faltar en el documento final "los temas claves de la teología y la pastoral de América Latina y El Caribe": la lectura de la realidad como paso previo para la elaboración teológica, las referencias a la vida, la presencia y acción de la mujer, la centralidad del Reino, del laicado, de los indígenas y de los afrodescendientes. Queda un grupo de casi 30 teólogos y biblistas (Grupo Amerindia) que están a 500 metros de la Basílica y que asesoran a varios Monseñores. Trabajo que hacen con entusiasmo y mucho compromiso. Hoy sábado, por ejemplo, nos entregaron el primer borrador del "Mensaje a los pueblos de América Latina y el Caribe", un documento de cuatro páginas que se expedirá al finalizar la Conferencia, distinto al documento final, y que, seguramente tendrá más difusión que éste. Nos lo han dado para leerlo este fin de semana y discutirlo el lunes. En mi primera lectura reconozco la influencia de "los progresistas". El lunes, entonces, se medirán las fuerzas cuando se vote el texto o se soliciten cambios.


Romero pasó por aquí.
Guárdanos, Monseñor, de la insensibilidad de los que creen que lo que hay que salvar es la Iglesia.
Anima a los forjadores del Reino. Aquí quedan suficientes.
Guárdanos, vos que enseñaste que "Ser Iglesia es mantener en la historia, a través de los hombres, la figura de Jesucristo".
Si es posible, quédate un poco más.

Harold

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