lunes, 28 de mayo de 2007

EL "BARULLO" DEL ESPÍRITU | Harold Segura

Aparecida, 27 de mayo de 2007

Cincuenta días después de Resurrección, como indica el calendario cristiano, se celebra la fiesta de Pentecostés. Por esa razón la celebración eucarística de hoy domingo fue aún más solemne y duró más (una hora y cuarenta y cinco minutos). Todos los Obispos usaron mitra y se revistieron con más esplendor. También la Basílica lucía mejor sin un asiento vacío y con muchos peregrinos que llegaron desde diferentes lugares del Brasil. Muchos de ellos permanecieron toda la noche, desde las 23:00 hs. de ayer hasta las 6:00 hs. de hoy, participando de la Vigilia anunciada para esta ocasión especial. Toda la noche cantaron ---los escuché desde mi habitación---- y, de vez en cuando, vitoreaba a la Virgen y usaban pólvora, sin importar el frío que debía haber en el lugar (¿4 o 6 grados?).


La celebración estuvo a cargo de tres Cardenales: Eusebio Óscar Scheid (Brasil), Pedro Rubiano Sáenz (Colombia) y Juan Sandoval Íñiguez (México); y se hizo en portugués. El texto bíblico fue Hechos 2 y fue leído por una religiosa del Brasil. El segundo versículo que leyó captó mi atención: "De repente, veio do céu um barulho que parecia o de um vento soprando muito forte e esse barulho encheu toda a casa onde estavam sentados". Me sorprendió la palabra barulho porque en Colombia y en otros países usamos barullo para decir bulla, ruido o desorden. En el hotel busqué un diccionario y, tanto el barulho del portugués como el barullo del castellano significa los mismo. Me quedé pensando en esa palabra aplicada al Espíritu Santo. Yo nunca la hubiera usado, sobretodo porque en algunos lugares es un término tan popular que no se usaría para referirse a Dios. Tan vulgar ---por lo de vulgo--- como lo sería "recocha" o "pelotera" en Colombia, o "molote", en Costa Rica.


¿Dios haciendo barullo? La verdad es que me gustó. Sobretodo al hacer el contraste con el orden impecable en el que trascurría la Misa. La Iglesia Católica es, como muchas iglesias evangélicas históricas, modelos de orden y control. Les hace falta barullo, que es lo que le criticamos al pentecostalismo efusivo (que a la verdad se excede en él).


Varios discursos de los Obispos que intervinieron los primeros días dijeron que esperaban que esta Conferencia fuera un nuevo Pentecostés. La Conferencia Episcopal de Costa Rica, por ejemplo, tituló su breve informe de cinco minutos así: "Aparecida, un Pentecostés para la Iglesia". He oído que se repiten expresiones como "queremos personas nuevas para estructuras nuevas"; "queremos que el Espíritu nos diga cuáles son los nuevos rumbos que debemos seguir", o "requerimos una conversión pastoral en clave evangelizadora". Todas ellas cargadas de deseos de cambio; de ir más lejos, de "navegar mar adentro", como lo dijo el representante de la Conferencia Episcopal Argentina.


Por ahora, pienso yo, todo seguirá en orden. Creo que, aunque Aparecida sí introducirá unas novedades importantes, no logrará traer los vientos más fuertes que hagan temblar la casa (Hechos 2:2). Los ministerios laicales no avanzarán al punto que produzca ruido; las mujeres no tendrán el derecho oficial a participar como ellas lo desean; la opción preferencial por los pobres se mantendrá como elemento decorativo del Documento Final; el sueño de reconquista cultural será más importante que la necesidad de adaptarse a la nueva realidad plural y diversa; del celibato, ni decir (así haya en el Brasil, por ejemplo, un creciente número de "sacerdotes casados"); en fin, la casa se mantendrá en orden y los vientos no la harán temblar.


Por ahora, todo bajo control. Con el barullo para otra parte.


Harold

2 comentarios:

Jesús Vera dijo...

Gracias nuevamente, y por lo que comentas nos debe llenar de tristeza, aunque ya era anticipable, la falta de "barullo" en las reuniones. Las decisiones finales parece que no llevaran al cambio tan deseado y ansiado en el catolicismo.

Veremos que sucede

Jesús Vera

Anónimo dijo...

Jesús, ya sabes que estas cosas no siempre son todas negativas ni todas positivas. Entre el trigo y la cizaña sigue creciendo el Reino.
Un abrazo y gracias.
Harold